ACTO ÚNICO
(Exterior
de un castillo. En el centro, la puerta, junto a ésta, una silla, dos ventanas
a los lados. A la izquierda un bosquecillo y a la derecha, campos de cultivo.
Gerberto y la princesa en el centro)
Princesa: Tenemos
que hacer algo,
mi padre desea que me case
con Gilberto
Gerberto: Nunca
lo consentiré.
Hablaré con
vuestro padre
Princesa: De
nada servirá.
Ya sabes que, sin faltarle al respeto,
si algo se le mete en la cabeza
nunca cambia de opinión.
Gerberto: No
te falta la razón.
Aun recuerdo con horror
cuando se empeñó en decir
que era redonda la tierra
Princesa: Y
para que se callara
todos dijimos que sí
Gerberto: Pero
algo se podrá hacer
para que acepte nuestra boda.
Si yo matara a un dragón
me querría como yerno.
También si derrotara a los turcos,
si venciera a los piratas...
Princesa: No
digas más tonterías.
Ni dragones, ni turcos, ni piratas,
aquí sólo hay lagartijas.
Con eso no vas a impresionarle.
Gerberto: Puedo
descubrir América...
Princesa: Cuando
vuelvas seré vieja.
Además he oído contar
que eso lo va a hacer Colón.
(Entra Eloísa, una dama,
por la derecha)
Eloísa: Buenos
días, Alteza,
Hola, Gerberto
Princesa: ¿Ocurre
algo, Eloísa?
Pareces nerviosa
Eloísa: Vuestro
padre, princesa,
desde esta mañana está muy extraño,
recorre el castillo de arriba abajo,
habla solo y aunque escucho tras la puerta
no le entiendo lo que dice.
Gerberto: ¡El
rey preocupado!
Esta es mi oportunidad:
me entero del problema,
al momento lo resuelvo,
y aprovecho la ocasión
para pedirle tu mano
Princesa: Aunque
tú lo hayas pensado,
no parece mal
pensado.
Eloísa:
Continuaré vigilando
por ver si descubro
algo.
Gerberto: ¡Cuidado!
Oigo pasos
Princesa: Ven,
escóndete
(Gerberto,
la Princesa y Eloísa se ocultan en el bosquecillo de la izquierda. Por la
derecha entra el rey. Mientras habla se lleva las manos a la cabeza)
Rey:
No lo puedo comprender
no me cabe en la cabeza...
¡Qué bien, una silla!
Lo pensaré sentado
que será más descansado.
(Por la
derecha entran Gilberto, un caballero, y Elvira, una dama)
Elvira
(hace una reverencia) ¡Buenas tardes! Majestad
Gilberto
(también hace una
reverencia) También
os lo digo yo.
Que tengáis muy buenas
tardes
Rey: Gracias,
gracias, muchas gracias.
Pues aquí estaba pensando
Elvira: Mas,
¡che!, ¿pensando vos?
Eso no es digno de un rey
Gilberto: ¿Pues
no tenéis mayordomo,
consejero y escudero,
hasta sastre y tesorero,
zurcidor y zapatero?
¡Qué piensen ellos!
Elvira: Si
vuestro padre lo viera...
Gilberto: Si
vuestra madre supiera...
Rey: Muy
bien sé que no es normal,
pero esta mañana vino
un extraño caballero
con espada y sin sombrero...
Elvira: Será
la moda moderna
Rey: Ya
está bien de interrumpir,
que aquí sólo mando yo.
Me saludó el caballero
y entregome un pergamino
de extraños signos cubierto...
Gilberto: ¿Un
pergaqué?
Elvira: Ha
dicho que un pergamino.
Parecés sonso.
¿Qué es un pergamino?
Rey: Un
a modo de piel fina
que no sé para qué sirve.
Gilberto: ¿Nada
dijo el caballero?
Rey:
Dijo que era un mensaje
y que los signos hablaban
Elvira: ¿Podemos
verlo?
Rey:
Llamaré a mis pajes.
¡Pajes! ¡Pajes! El mensaje.
Gilberto:
(desenfunda la espada) Quizá sea peligroso.
Prepararé mi espada
Entran dos
pajes por la izquierda. Llevan un gran cartel que mostrarán al público de
forma que éste pueda leer “EL REY ES TONTO”.
Paje
1º: Aquí estamos, majestad
Paje 2º: Por
lo que queráis mandar
(Gilberto
se ha escondido disimuladamente tras Elvira y asoma con precaución la cabeza)
Gilberto: ¡No
temáis!. Yo os protejo
(Elvira se
acerca al pergamino)
Elvira: ¡Qué
pergamino más lindo!
¿Qué habla decís? ¡Che!,
yo no oigo nada
Rey:
Dicen que hay que leer
para escucharlo
(Gilberto
deja de esconderse, pero se mantiene a prudente distancia del pergamino)
Gilberto: ¿Qué
es leer? ¿Lo sabéis vos?
Elvira: ¿Y
no había de saberlo?
Será un hechizo mágico
Rey
(da una palmada de alegría) ¡Es verdad!.
Casi lo
estaba pensando
Elvira: Un
rey no debe pensar.
Sólo tiene que mandar.
Gilberto: Da
agujetas al cerebro
(Los
pajes, cansados de que nadie les haga caso, se han sentado en el suelo y
juegan con los tazos)
Rey: Cesen
ya las palabras,
que es momento de actuar,
y pues se trata de magia
llamemos a don Beltrán.
Elvira: ¿El
mago?
Pero, ¿vos sabéis?
Es un petiforro
Rey
(a Gilberto) ¿Entiendes algo?
Gilberto ¿A
esta loca?
Ni una palabra
Rey
(enérgico a los pajes) ¡Dadme ahora mismo los tazos!
¡Llamad a don Beltrán!
Paje 1º: Como
mandéis
Paje 2º: ¿Nos
los devolveréis luego?
Gilberto: Majestad,
si permitís,
y ya que nada hago aquí
marcho a casa de mi tía
a comerme una sandía
Rey: Bien,
Bien. Tenéis permiso
(Gilberto
sale por la derecha. Los pajes le dan los tazos al rey y se marchan por
la izquierda, inmediatamente vuelven a entrar con don Beltrán y sus ayudantes)
Rey: ¿Cómo?
¿Tan rápido?
Don
Beltrán:
¿Acaso no soy mago?
Supe que me llamaríais
y venía de camino
Paje 1º: Es
verdad.
Enseguida lo
encontramos
Paje 2º: Justo
detrás de aquel árbol
Elvira: Seguro
que estaba escuchando
Don
Beltrán: Decidme
cual es el problema
Rey
(a los pajes) Enseñadle el mensaje
Paje 1º: Ahora
mismo, Majestad
Paje 2º: ¿Nos
dais los tazos?
Don
Beltrán
(a sus ayudantes): Sostened ese extraño objeto
Mientras yo lo examino.
(Los
ayudantes toman el mensaje que les dan los pajes y lo sostienen de forma que
lo vea el público. El rey devuelve los tazos a los pajes)
Rey:
Id a jugar lejos
(Los pajes
se retiran a la izquierda a jugar con los tazos)
Don
Beltrán
(a sus ayudantes) ¿Qué observáis en el objeto?
Ayudante
1º: Pesa
poco
Ayudante
2º No
huele
Ayudante
1º: Es
amarillo
Ayudante
2º: Con
signos de colores
Don
Beltrán: ¡Muy
bien! Estáis progresando
Si os esforzáis pronto seréis como yo
Doña
Elvira: Una
pareja de descerebrados
Pobrecillos
(Los
ayudantes dejan el cartel, de forma visible, junto a la silla del rey, donde
permanecerá durante el resto de la obra)
Don
Beltrán
(al rey) No cabe duda,
he de hacer un sortilegio
Rey: ¿Leeréis
y hablará el pergamino?
Don
Beltrán: Mucho,
y con buena voz.
Necesito al cocinero
Rey:
¡Pajes! Llamad al cocinero
Paje
1º
Siempre nos está mandando
Paje
2º
Calla o nos quitará los tazos
(Los pajes
salen por la izquierda y vuelven con el cocinero y dos pinches. Los pajes
vuelven a su juego)
Cocinero: Buenas
tardes, Majestad,
Y a toda la compañía
igualmente se saluda
Rey:
Preparad lo que pida don Beltrán
Don
Beltrán Quiero
pimientos rellenos,
y la pierna de un cordero...
Rey
(le interrumpe extrañado) ¿Para leer hace
falta eso?
Don
Beltrán: No.
Eso es para cenar.
Para el sortilegio traed
una mediana olla
y un poquito de cebolla
Pinche
1º: Ahora
mismo
Pinche
2º: Voy
volando
(Salen los
pinches y vuelven con la olla y la cebolla)
Don
Beltrán:
(a sus ayudantes) Dadme el maletín.
(Don
Beltrán mete la cebolla dentro de la olla y luego añade el contenido de unos
frascos que saca del maletín. Mientras lo hace farfulla palabras
incomprensibles).
Don
Beltrán: Alismofar,
calasmufir
Rindofón, galarmafor
Sinfolat, atusmalat,
Cascalubia,
gondefir.
Elvira: ¡Qué
macana!
Y dicen que yo hablo raro
Rey: ¿Ya
terminó? No se oye nada
Don
Beltrán: Es
culpa de mis ayudantes,
Me habrán dado un maletín
equivocado.
Ayudante
1º: Siempre
nos echa la culpa
Ayudante
2º:
Ya estoy harto.
Me marcho a mi pueblo
Ayudante
1º: Te
acompaño.
(Los
ayudantes se marchan por la izquierda)
Don
Beltrán: ¡Eh!
¡No os vayáis!
¡Os subiré el sueldo!
(Corre
tras sus ayudantes)
Cocinero: Pues
no nos necesitáis...
Pinche
1º: Con permiso...
Pinche
2º: Nos
marchamos.
(Salen el
cocinero y los pinches por la izquierda)
Elvira: Majestad,
ya os avisé.
No os fiéis de don Beltrán
que es un vago y un truhán.
Rey:
¿Y a quién podemos llamar?
Elvira:
Una conocida mía,
la hechicera Magdalena
que es una bruja muy fina,
solucionará el problema.
Rey:
¿Es de fiar?
Elvira: ¿De
fiar decís?
¿Es que vos no sabés
que es mi amiga desde
niña?
Rey
(a los pajes) ¡Buscad a Magdalena!
(Los pajes
se levantan y esconden los tazos)
Paje 1º: Vuestros
deseos...
Paje 2º: Son
órdenes...
Paje 1º: Que
sin tardanza...
Paje 2º: Cumpliremos...
Rey:
¡Callaos y salid corriendo!
(Salen los
pajes por la izquierda, al momento entran con Magdalena y sus dos aprendizas
de bruja)
Rey
(escamado) Sí, ya sé, como sois bruja
sabíais que os iba a llamar
y veníais de camino.
Paje 1º:
La encontramos...
Paje 2º:
Tras el árbol
(Los pajes
se sientan a jugar con los tazos)
Elvira: Otra
que estaba escuchando
Magdalena
(hace una reverencia)
¡Buenas tardes, Majestad!
Chicas, saludad al rey,
que vea lo bien que os educo
(Las
aprendizas hacen una reverencia. Hablan las dos a la vez)
Aprendizas: ¡Buenas
tardes! ¿Cómo estáis?
Nosotras bien. Gracias
¿Y la familia? ¿Bien?
Nos alegramos...
Rey
(a Magdalena) ¿Podéis hacerlas callar?
Me comienzo a marear
Magdalena: Ya
basta, chicas.
Como soy adivina,
conozco el problema.
Pagadme y al momento,
lo habré arreglado
Elvira: ¡Tendrá
morro!
Rey:
¿Cómo? ¿Pagar por adelantado?
Magdalena: No
sé de qué os extrañáis.
Decidle a Su Majestad
los versos que os enseñé.
Aprendiza
1ª: Siendo
yo niña y muchacha
mi madre me lo decía,
que gratis no trabajara
que era grande tontería
Aprendiza
2ª: Y
como a menudo olvidan,
una vez hecho el trabajo,
el momento de pagar,
tengo de antiguo costumbre
Aprendizas
(las dos a la vez) De adelantado cobrar.
Rey
(furioso): No tolero impertinencias.
Pretenden que yo les pague...
Soy el rey y mando yo
y como mando, yo mando
que trabajéis sin cobrar,
y luego, ya se verá.
Magdalena: Pues
nosotras nos negamos
Aprendizas
(a la vez) Iremos al sindicato.
Rey:
¡Guardias! ¡Venid! ¡Protegedme!
(Entran
tres guardias por la derecha)
Guardia
1º: ¡Aquí
estamos, Majestad!
Guardia
2º:
¿Os atacan los infieles?
Guardia
3º: ¿Es
que vienen los piratas?
Guardia
1º:
Si es así, yo tengo prisa
Guardia
2º:
Mi turno acaba a las nueve
Guardia
3º:
Yo me tengo que marchar.
Rey:
¡Basta! Llevaos a estas brujas,
metedlas en la mazmorra
y dadles para comer
tan solo pan y cebolla.
Guardias (los
tres)
Daos presas por orden del rey.
Guardia
1º: No
lo toméis a mal
Guardia
2º:
No es nada personal
Guardia
3º:
Somos unos mandados
Guardias (los
tres) Si os vengáis con un hechizo que no sea con nosotros
Guardia
1º: Somos
jóvenes
Guardia
2º:
Tenemos familia
Guardia
3º:
Somos unos mandados.
(Los
guardias salen por la derecha con las brujas)
Rey:
Y ahora ¿qué haremos?
(La
Princesa, Gerberto y Eloísa salen de su escondrijo)
Elvira:
Todo el reino está escuchando.
Princesa:
Buenas tardes, padre
Gerberto:
Muy buenas, rey Casimiro
Eloísa:
Buenas tardes, Majestad
Elvira:
Nadie me saluda a mí
Gerberto:
Majestad, puedo ayudaros.
Rey:
¿Acaso sabes leer?
Gerberto:
Así es.
Elvira:
No me lo puedo creer
Rey:
Bien, ¿pues qué dice mi mensaje?
Gerberto:
Me acercaré para oírlo
Ya lo escucho. Poned atención:
El rey es inteligente,
lo sabe toda la gente,
en cuanto abre los labios
se le nota que es un sabio.
Elvira:
Este tío es un cronopio.
Rey:
Me complace escucharlo,
ya lo había
imaginado.
Pedidme lo que
queráis.
Gerberto: Amo
a vuestra hija
y ella me quiere.
Princesa: Así
es, queremos casarnos.
Rey:
¿Sólo es eso?
Pues me parece muy
bien
En cuanto al cartel,
ordeno
que con un marco de
oro
se coloque sobre el
trono
para que todos lo
vean
y para que todos
sepan
que les gobierna un rey sabio.
TELÓN

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