PORTADA


PORTADA HUMOR


 

Chistes malos

 

El profesor le pregunta al alumno: 
– A ver, ¿cómo se llaman los habitantes de Oviedo? 
– ¿Todos?

Llega un niño a su casa y le dice a su madre:
– Mamá, hoy en el colegio hemos aprendido a hacer explosivos. 
– Muy bien, hijo, ¿y mañana qué aprenderéis en el colegio? 
– ¿Qué colegio? 

Entra en el cuarto de su hermano y le pregunta: 
– ¿Dónde está Australia? 
– ¡Y yo qué sé! Pregúntale a mamá que es la que lo guarda todo. 

Llega la amiga de mamá a casa y el niño pequeño le dice:
– ¡Fea!
Entonces su padre le abronca, que no debe decir esas cosas y que dijera a la señora que lo lamentaba.
– Señora, lamento que sea fea. 

El hortelano descubre a un chico cogiendo manzanas de su árbol, y le dice: 
- Baja niño, que vamos a hablar con tu padre. 
El niño mira hacia arriba y dice: 
- Papá, papá. Baja que un señor quiere hablar contigo. 

– Papá, papá, ¿los marcianos son amigos o enemigos? 
– ¿Por qué lo dices? 
– Porque ha venido una nave y se ha llevado al abuelo. 
– ¡Ah! Entonces son amigos...

Llega a un bar:
– Me pone una caña.
Y empieza a entrenarse a soltar puñetazos al aire como hacen los boxeadores cuando pelean con su sombra.
El camarero le mira asombrado y no le hace caso. Al rato:
– Me pone otra caña.
Y continúa con el boxeo.
Al rato:
– Otra por favor.
Y sigue con el boxeo. El camarero tomándole por chiflado le pregunta:
– ¿Qué? ¿Cuándo empieza la pelea?
– Cuando usted quiera, no tengo dinero...

¿Cómo se reconoce a uno de Lepe en una discoteca? 
Es el único que lleva walkman

Un tipo, camino del trabaja, le preguntan:
– Oiga, por favor, ¿me podría decir qué autobús tengo que coger para ir a ver el museo del Prado?
– Sí, aquí mismo, coja el número 148.
A mediodía, nuestro currante vuelve del trabajo para ir a comer y se encuentra al mismo señor que está todavía esperando en la parada del autobús.
– Pero ¿qué hace todavía aquí? ¿No le dije que cogiera el 148?
– ¡Claro! Y ya han pasado ciento treinta y tres.

Entra un señor con un loro a una cafetería, y el camarero pregunta:
– ¿Habla el animal?
– No lo sé –le contesta el loro